El presidente Sandro Rosell y el entrenador Vilanova, antes de su forzada sustitución, aseguraron públicamente que llegaría seguro un central. El mercado y los errores complicaron los fichajes, y tendría que hacer un gasto demasiado fuerte. Tata Martino, decidió no fichar a nadie como central y dejó abierta la opción del mercado de invierno.
Según Tata Martino, con los cuatro centrales, Piqué, Mascherano, Bartra y con la recuperación para septiembre de Carles Puyol, es suficiente, y afirmó tener la total confianza en ellos, y eventualmente, se podían añadir Busquets y Adriano.
En la ida de la Supercopa de España con solo disponibles los dos centrales sobre el campo (Piqué y Mascherano), dejó en la grada a Bartra, y Martino dijo que si hubiera habido una emergencia hubiera recurrido al centrocampista Busquets, por lo que descartar a Bartra es una desconfianza para partidos importantes.
Bartra termina contrato el año que viene y el futbolista tiene dudas si ampliarlo porque no ve, que se tenga posibilidades. Con Vilanova le pasó algo similar.
Otros centrales de La Masía como Fontàs, Muniesa, Botía o Sergi Gómez, todos internacionales en sus categorías, han tenido que dejar el Club. Ahora las esperanzas están depositadas en Bagnack, camerunés de 18 años, al que mima Martino. Eusebio Sacristán le dejó en el banquillo del Barça B en la inauguración de la liga adelante.
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