El polaco salió desde el banquillo en la segunda parte con 0-1 en el marcador y finiquitó el encuentro con una marca histórica. No se verá nada igual en mucho tiempo. Quizá no se vuelva a ver nunca, algo tan espectacular y maravilloso.
El Bayern deambulaba por un partido complicado tras un primer tiempo discreto en el que el Wolfsburgo había justificado su esperanza de salir victorioso del Allianz en un latigazo de Caligiuri. Y entonces apareció él, el rey del repóker. Con la izquierda, desde fuera del área, con la derecha y hasta de volea. El repertorio fue increíble, eterno y mágico para marcar este 22 de septiembre de 2015 como un día de leyenda e irrepetible en Múnich.
Guardiola había dejado al polaco en el banquillo y tuvo que recurrir a su olfato tras el descanso. Su entrada y la de Javi Martínez cambiaron el encuentro. Del minuto 51 al 60 se vivió la heroica secuencia. El último, una volea de enorme plasticidad, fue la guinda perfecta a una actuación memorable. Incluso pudo hacer el sexto poco después pero Ricardo Rodríguez le sacó su enésimo remate sobre la línea de gol.
