Messi que empezó en el banquillo, tuvo que salir los últimos 20 minutos contra el PSG para poner cordura en el juego del Barça, aún arriesgando el empeorar su lesión.
Tras el empate a 1-1 Leo se dosificó, y se limitó a participar en ocasiones contadas para dar continuidad al juego de posesión del equipo y no arriesgó sin necesidad.
El argentino sufrió un pinchazo en el muslo después de hacer un esfuerzo. Las pruebas realizadas este jueves confirmaron que la lesión no ha sufrido ningún empeoramiento ni ninguna variación, tal y como informó el club en un comunicado, en el que añade que la evolución del jugador marcará su presencia en los próximos partidos.
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