El Barça se medía al Albacete en el Camp Nou en la jornada 34 de Liga 2004/2005 y, con 1-0 en el marcador, el entonces entrenador Frank Rijkaard decidió sustituir a Samuel Eto’o y dar entrada a Messi.
Era el minuto 86 de partido, cuando el argentino, con el ‘30’ a la espalda, salía revolucionado al terreno de juego. Messi tenía hambre de gol y pasados tres minutos de su aparición en el campo, recibió un pase picado de Ronaldinho para batir con una sutil vaselina al portero Valbuena, pero el colegiado del encuentro, Carlos Velasco Carballo, decidió anular el tanto al señalar un fuera de juego inexistente.
Parecía que Messi se iba a quedar sin marcar su primer gol esa noche, pero él no desistió. Ya en el tiempo añadido, Deco envió un balón en profundidad al argentino, que consiguió controlar con la cabeza y cederlo a Ronaldinho. Messi se abrió hacia la izquierda y el talentoso futbolista brasileño le devolvió la pelota, en una acción muy similar a la del gol anulado.
En esta ocasión, el árbitro asistente no levantó el banderín y Messi volvía a sorprender al portero del Albacete con otra vaselina magistral.
Leo Messi ha acabado convirtiéndose en el máximo goleador histórico de la Liga, después de superar la marca establecida por Telmo Zarra de 251 goles. A estas alturas, y con tan sólo 27 años, Messi ya acumula 281.
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