martes, 25 de diciembre de 2012

El año 2012 contempló la perdida de dos grandes.

El año 2012 contempló la perdida de dos grandes.

Manolo Preciado:
El carismático entrenador Manolo Preciado, parte del momento reciente del fútbol español, que se despidió también de un fragmento de una de sus épocas doradas.

Un ataque al corazón derrumbó a Preciado a los 54 años en el pasado mes de junio, en Valencia. A punto de ser presentado como preparador del Villarreal, un nuevo proyecto. El mundo del fútbol perdió a uno de sus técnicos con más personalidad. Luchador infatigable, se ganó el aprecio del gran público gracias a su sencillez y honestidad. Un tipo de orden que pretendió llevar la normalidad a un mundo plagado de estridencias. Que se dejó el alma en cada proyecto y que nunca volvió la cara a cada una de las tragedias que puso a prueba su vida.

Preciado, enaltecido por el Racing, donde jugó y por el Sporting, a quién dirigió, sobre todos, dejó huella en el fútbol español, que padeció la pérdida en el 2012 de reputados nombres que formaron parte de una época dorada, del deporte, aunque sin el brillo del que goza ahora el balón en este país.

Miki Roque:
La muerte de Miki Roque convulsionó el año. Por su juventud, 23 años, casi sin tiempo para implantar la ilusión en un mundo que le apasionaba. Víctima de un tumor que previamente le obligó a aparcar el fútbol y que acabó por derribar su vida, cuando aún pertenecía al Betis, que apadrinó las virtudes de un joven que sobresalía, que probó en la Premier, en el Liverpool, y que dijo adiós de golpe.


No hay comentarios:

Publicar un comentario