Los jugadores del Cholo Simeone salieron a morder desde el inicio. Con decir que el mejor jugador de los locales durante la primera parte fue el portero Cillessen queda todo dicho.
El meta holandés fue el único capaz de detener las embestidas de un equipo colchonero muy adelantado, con mucha participación.
Todo se dinamitó cuando llegó el primer disparo entre los dos palos del FC Barcelona. Messi intentó su eslalon característico y disparó desde fuera del área cuando se vio rodeado. Su lanzamiento lo blocó Moyá pero el rechace le llegó a Luis Suárez para que el charrúa empujara a placer el balón a las mallas (min 43).
Las lesiones jugaron una mala pasada a Simeone porque a los dos minutos de la reanudación se vio obligado a sustituir a Godín por Lucas cuando ya tenía ordenado el cambio de Gaitán por Correa.
Luis Enrique decidió introducir en el campo a Aleix Vidal por el peligro que conllevaba la amarilla que tenía Sergi Roberto pero cuando ya estaba el cambio solicitado, llegó la segunda amonestación para el lateral. Se cancelaba la acción (min. 54).
La conmoción del equipo culé pudo costarle muy cara de no ser por el trío arbitral. Corría el minuto 58 cuando Griezmann marcaba gol en una jugada anulada por fuera de fuego del galo, que no existía.
Luis Enrique con la entrada de Mascherano y el ritmo de juego aumentó. Hasta que la contienda se igualó en número al ver Carrasco la segunda amarilla (min. 68).
Con el balón de nuevo en los pies de los locales, más aún con la entrada al campo de Busquets e Iniesta, todo parecía sentenciado. Solo un jugador pudo haber cambiado la historia: Kevin Gameiro. El francés tuvo la oportunidad de marcar gol con un penalti que se señaló de Piqué sobre él mismo. Su disparo se fue a las nubes (min. 79).
